Conducir durante el embarazo puede presentar ciertos riesgos, pero no es necesario dejar de coger el coche si no hay ningún tipo de impedimento. Aunque hacia el final de la gestación puede resultar incómodo colocarse detrás del volante, cualquier mujer embarazada puede seguir conduciendo siempre y cuando el médico no indique lo contrario y el propio embarazo lo permita.
No obstante, sí que es necesario tomar una serie de precauciones si se conduce embarazada, ya que hay ciertos aspectos que pueden influir en la conducción:
- Durante el embarazo, es común experimentar una mayor fatiga y somnolencia, lo que puede alterar los tiempos de reacción y la atención en la carretera.
- La falta de sueño y el cansancio pueden llevar a una disminución en la capacidad de concentración, aumentando el riesgo de accidentes. Un consejo es llevar siempre agua y snacks saludables en el coche para ayudar a mitigar estos síntomas y, si es necesario, detenerse a descansar.
- En cuanto a la comodidad al volante, los expertos aconsejan no dejar menos de 25 centímetros entre asiento y volante, un espacio suficiente para que el bebé no sufra ningún tipo de roce en caso de frenada de emergencia o accidente.
- Saber cómo colocarse el cinturón de seguridad. Lo ideal es que la banda horizontal esté por debajo del abdomen y se ajuste con los huesos de la cadera, mientras que la banda diagonal debe estar entre esternón y hombro, sin apoyarse sobre el pecho ni rozar el cuello.
En resumen, conducir durante el embarazo es posible, siempre que no haya complicaciones y se sigan las recomendaciones básicas para garantizar la seguridad de la madre y el bebé. Así que, recuerda, escuchar al propio cuerpo, hacer pausas cuando sea necesario, y ajustar bien el asiento y el cinturón de seguridad son claves para disfrutar de una conducción sin sobresaltos.