Entre 2014 y 2023, más de mil personas salieron de casa, cruzaron la calle por un paso de peatones, y nunca volvieron. Lo sorprendente es que iban por donde debían, respetando las normas, pero no pudieron evitar ser víctimas de un atropello. ¿Cómo puede seguir pasando esto? Te lo contamos en el artículo de hoy.
La cifra impacta, pero aún lo hace más saber que la mayoría de estos atropellos ocurrieron en ciudad, justo donde el peatón debería estar más protegido y la velocidad es menor. Según los datos del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la DGT, casi 9.000 personas han sufrido heridas graves en pasos de peatones en los últimos años.
Y no estamos hablando de imprudencias. En casi el 87% de los atropellos con víctimas mortales, el peatón no cometía ninguna infracción. Cruzaba correctamente, por el sitio indicado. ¿Qué se está haciendo mal?
- La velocidad y las distracciones
Uno de los grandes enemigos es el exceso de velocidad. Pero también lo son las distracciones, cada vez más presentes al volante. En ciudad, una de cada cinco víctimas mortales por atropello se relaciona con no prestar atención. En carretera, esa cifra casi se duplica.
7 de cada 10 personas fallecidas en pasos de peatones eran mayores de 65 años. Es decir, personas con más dificultades para reaccionar rápido o moverse con agilidad.
Hay un dato que deberíamos grabarnos a fuego: si una persona es atropellada a 50 km/h, tiene un 80% de posibilidades de morir. Pero si el atropello ocurre a 30 km/h, esa probabilidad baja al 10%. Esa es la lógica de las conocidas ‘Ciudades 30’, un modelo que no solo busca reducir accidentes, sino también contribuir a que, si por desgracia ocurren, las consecuencias no sean tan graves.
- Mayor visibilidad, más seguridad
La visibilidad en los pasos de peatones también juega un papel esencial. Que un coche esté mal aparcado cerca de un paso de peatones o que algún obstáculo impida ver bien al peatón puede suponer la diferencia entre ser atropellado o no. Por eso, desde la DGT se sigue trabajando para que, muy pronto, estas recomendaciones se conviertan en ley con el nuevo Reglamento General de Circulación.
En definitiva, cuando hablamos de seguridad vial, no sólo nos debemos referir a las normas de circulación. Estamos hablando de respeto, de empatía y de cuidar a los demás. Porque todos en algún momento del día somos peatones.
Desde Escuela de Conductores tenemos la oportunidad de formar a nuestro alumnado para que sea parte del cambio con el objetivo de que entre todos pongamos toda nuestra atención en la carretera, respetemos los límites, dejemos el móvil a un lado y levantemos el pie del acelerador cuando sea necesario.