Sacarse el carnet de conducir no es una necesidad, pero qué duda cabe que ayuda –y mucho– en diversos aspectos. Es vital para contar con autonomía e independencia –y dejar así de depender del transporte público, o las amistades y familiares– y casi imprescindible para determinados puestos de trabajo, especialmente si están ubicados a las afueras de alguna ciudad o cuentan con limitada frecuencia de autobuses o metros.
Por tanto, sacarse el carnet de conducir resulta una opción muy útil para prácticamente la mayoría. Pero, ¿cuánto tiempo se tarda en sacar el carnet de conducir de coche, es decir, el permiso B? Pues depende de diversos factores, pero generalmente se estima que entre 6 y 7 meses. Por otro lado, el precio medio suele rondar los 700 euros.
Lo primero de todo, por supuesto, es superar el examen teórico, que consta de 30 preguntas. En esta prueba solo se pueden cometer tres fallos, por lo que resulta crucial ir preparado. Respecto al tiempo para contar con esos conocimientos, varía según la persona. Hay gente que en 15 días está preparada, y otra que necesita tres meses para hacerlo. La clave es sentirse seguro y, por ello, conviene dedicar tiempo y atención a las nociones teóricas. Algo importante es no memorizar sin más, sino tratar de entender y comprender todo, puesto que será lo que después regirá nuestra conducción de forma real.
Una vez aprobado el examen teórico, llega el práctico. Por norma general, la mayoría de autoescuelas cifran en 30 lecciones prácticas el mínimo para presentarse al examen práctico de conducir. ¿Lo más relevante? Aplicar lo aprendido durante la preparación al examen teórico y no dejarse llevar por los trucos recurrentes para pasar el examen, puesto que estos no nos ayudarán a solventar los problemas y situaciones que podamos encontrarnos cuando tengamos el carnet de conducir de coche.
Pero, en definitiva, lo que más importa a la hora de sacarse el carnet de conducir es tener presente cuánto tiempo se le quiere dedicar y cuánta prisa hay –o no– en conseguirlo. Probablemente, alguien que esté dedicado en cuerpo y alma a sacárselo tarde relativamente menos tiempo que una persona que lo está haciendo mientras lo compagina con otros estudios y trabajo. Depende, por supuesto, de las necesidades de cada uno.
Eso sí, hay algo claro: la preparación es lo que marca la diferencia. Por mucha prisa que se tenga en conseguir el permiso B, hay que tener en cuenta que conducir un coche es una tarea que requiere habilidad, experiencia y conocimiento. Por todo eso, no te precipites a la hora de lanzarte a los exámenes –tanto teórico como práctico– y, en caso de duda, déjate aconsejar por profesionales expertos en la materia, que serán quienes te puedan guiar a lo largo del proceso y acompañarte hasta que adquieras la confianza suficiente para enfrentarte a estas pruebas. Porque, normalmente, la mejor forma de avanzar es hacerlo con paso precavido y seguro.
