Después de días de relax, sol, playa o montaña, llega el temido momento: la vuelta a casa. Y aunque lo habitual es pensar que “ya está todo hecho”, lo cierto es que el último día de vacaciones puede ser uno de los más peligrosos en carretera. El cansancio acumulado, las prisas por evitar atascos y ese “ya lo haré luego” hacen que muchos conductores cometan errores que pueden tener consecuencias serias.
- Salir sin revisar el coche: tras días parado o recorriendo muchos kilómetros, tu vehículo merece una revisión rápida. Presión de neumáticos, niveles, frenos… No lo dejes para el próximo viaje.
- Cargar sin orden ni lógica: maleteros a reventar, objetos sueltos dentro del habitáculo o techos sobrecargados pueden desequilibrar el coche o suponer un riesgo en frenazos bruscos.
- No dormir bien la noche anterior: el cansancio es uno de los mayores enemigos al volante. Dormir poco o mal puede reducir tu atención y reflejos.
- Dejarse llevar por las prisas: querer llegar rápido, evitar atascos o conducir de noche para “aprovechar el día” a menudo provoca que se tomen decisiones poco prudentes.
Además, muchos olvidan que al volver de vacaciones el tráfico suele ser denso y que la tensión emocional por la “vuelta a la rutina” también pasa factura entre los conductores de la vía. Por eso, tómate el regreso con calma, planifica tu salida, respeta los tiempos de descanso y conduce con cabeza. La carretera no entiende de vacaciones, y cuidarte al volante es también cuidar de los que te acompañan.