Las fiestas navideñas son sinónimo de reuniones familiares, celebraciones y desplazamientos frecuentes por carretera. Pero en pleno invierno, la combinación de días cortos, baja visibilidad y fenómenos meteorológicos adversos como lluvia, nieve, hielo, viento o niebla hace que conducir durante estas fechas requiera aún más atención. Conocer los riesgos y adaptar nuestra conducción es clave para llegar a casa a tiempo y con seguridad.
La lluvia es el fenómeno más habitual y también uno de los más traicioneros. Cuando el asfalto está mojado, los neumáticos pierden adherencia y aumentan las distancias de frenado. Las primeras gotas pueden ser especialmente peligrosas al mezclar polvo, grasa y hojas en la carretera. Lo recomendable es reducir la velocidad, aumentar la distancia con el vehículo de delante y comprobar antes de viajar que luces, limpiaparabrisas y luneta térmica funcionan correctamente.
El hielo y la nieve son aún más peligrosos. Las placas de hielo reducen drásticamente la adherencia, y la nieve oculta señales y marcas viales. Circular por las rodadas de otros vehículos, reducir la velocidad, encender las luces y evitar movimientos bruscos es esencial. En condiciones extremas o si vas a la nieve, no olvides las cadenas o los neumáticos de invierno.
El viento, aunque invisible, puede desestabilizar el vehículo, especialmente al adelantar o cruzarse con vehículos grandes. Aminorar la velocidad, aumentar las distancias laterales y utilizar marchas cortas ayuda a mantener el control.
La niebla limita la visibilidad y hace el asfalto más resbaladizo. Ante bancos de niebla, enciende luces de cruce y antiniebla, circula por el carril derecho, reduce la velocidad y evita adelantamientos.
Además, si la nieve o el hielo cubren la carretera, la normativa obliga a circular por el carril derecho en autopistas y autovías, dejando libre el izquierdo para quitanieves y vehículos de emergencia, y prohíbe los adelantamientos en estas condiciones.
En estas fiestas, la prisa no debe imponerse. Adaptar la velocidad, aumentar las distancias, anticiparse a los riesgos y mantener el coche en condiciones óptimas son gestos que permiten disfrutar de la Navidad sin sustos, cuidando de ti y de los tuyos en cada desplazamiento.
