Poner música al conducir es casi automático: te subes al coche, enciendes el motor… y suena tu playlist favorita. Pero, aunque no lo parezca, la música influye más de lo que crees en tu manera de conducir. Y sí, una mala elección puede pasar de animarte a despistarte en cuestión de segundos. En este artículo te contamos todos los detalles para que escojas la playlist perfecta.
Está claro que conducir en silencio no siempre apetece, especialmente en trayectos largos o en atascos. Además, una buena canción puede mejorar el ánimo y hacer que el viaje se haga más corto. Pero no todo vale.
Cuando hablamos de “mala música” para conducir, no hablamos de gustos musicales, sino de cómo ciertas canciones pueden alterar tu concentración o provocar reacciones poco seguras. Por ejemplo:
– Temas con cambios bruscos de ritmo o muy acelerados: pueden llevarte a conducir más rápido sin darte cuenta.
– Baladas demasiado lentas pueden inducir somnolencia, sobre todo en trayectos monótonos o por la noche.
– Canciones que te hacen cantar a grito pelado o bailar con el volante pueden reducir tu atención sobre la carretera.
– Listas con anuncios, interrupciones o canciones que odias te obligan a manipular el móvil o la radio para cambiar de música, y eso sí que es un riesgo real.
Si pensamos en formato podcast, estos son perfectos para los viajes largos. Eso sí, si no te atrapan demasiado. Un podcast muy emocionante, con cambios de volumen o conversaciones aceleradas, también puede distraerte. Es importante escoger temáticas relajadas y de ritmo constante si vas a conducir mucho tiempo.
Para este verano, antes de ponerte en marcha, prepara tu lista o podcast con tiempo. Nada de buscar mientras conduces. Y, ojo, si notas que te está alterando o adormeciendo, cámbiala en la próxima parada que tengas prevista. Porque, aunque la música acompaña, quien debe tener el control eres tú.