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9 consejos básicos para conducir con nieve

Si algo tiene el invierno es el frío… ¡y las nevadas! Y es que estamos en plena época de fenómenos meteorológicos de estas características. En este sentido, debes saber que conducir con nieve y hielo es más peligroso de lo normal. Por ese mismo motivo, lo más recomendable es evitarlo siempre que se pueda. Si no tenemos elección y tenemos que circular con nieve, deberemos hacerlo con cuidado y teniendo en cuenta estas 9 recomendaciones.

Conducir con nieve en la carretera será más seguro si tienes en cuenta lo siguiente, así que ¡toma nota!

  • Ten el vehículo a punto, es decir, revísalo para que asegurarte de que está en buen estado. Principalmente, que no haya escarcha ni suciedad entre las lunas, los pilotos y los faros. También conviene tener el depósito lleno y rellenar el limpiaparabrisas con líquido anticongelante. Y muy importante: revisar los neumáticos. El frío altera la presión de estos y, si no tienen la presión recomendada, perderán mucha adherencia.

  • Planifica los desplazamientos y revisa el pronóstico del tiempo. En la web de la DGT encontrarás un mapa donde observar el estado de las carreteras: si están cortadas por nieve, por temporal, por obras... La planificación es primordial, así que prepárate para todo lo que pueda pasar y coge ropa de abrigo, mantas, agua y algo de comer. Por supuesto, tampoco te olvides de guardar las cadenas en el coche.

  • Observa el grosor de la nieve, ya que esto te ayudará a saber el grado de complicación. Si todavía no ha cuajado o la capa es muy fina, se podrá conducir sin cadenas, pero si ya hay cierta capa de nieve es muy conveniente incorporar las cadenas.

  • Asegúrate de ver bien (y de que también te vean a ti). Hay que circular con las luces de cruce encendidas. Y es que, cuando nieva, las condiciones de visibilidad se reducen, de ahí que sea imprescindible llevarlas encendidas tanto para que nos vean como para ser vistos por los demás.

  • No abuses del uso del embrague. Hazlo solo cuando sea imprescindible para evitar perder el control del vehículo.
  • Prioriza las marchas largas. Lo ideal es ir siempre que podamos con marchas largas.
  • Adapta la velocidad. En una situación adversa es recomendable reducir la velocidad para que, si surge cualquier problema, sea más fácil reaccionar, actuar y mantener el control del vehículo. Esto nos llevará también a aumentar la distancia de seguridad y a utilizar el freno con suavidad.
  • Si puedes, utiliza el modo de conducción para condiciones de baja adherencia invernales. Este modo, solo presente en los coches automáticos, ayuda a que los neumáticos no pierdan adherencia.
  • Sé consciente de sobre qué ruedas actúa la fuerza del motor. Este punto es muy importante porque dependiendo de estas el vehículo actuará de una forma u otra. Los coches de tracción delantera tienen que abordar las curvas como si estas fueran más cerradas para asegurar un mayor agarre; sin embargo, si pasada la curva patina es mejor dejar de acelerar. En el caso de los de tracción trasera, en cambio, es al contrario: habrá que seguir acelerando con suavidad dirigiendo el volante hacia la trayectoria deseada. Los 4x4 son los más idóneos para estos casos, ya que son los que mejor se comportan en estas situaciones.

 

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