Las autopistas y autovías son las vías más rápidas y seguras, pero también suelen generar dudas a la hora de incorporarse. Una de las más comunes es esta: cuando llego al final del carril de aceleración, ¿tengo que parar o seguir circulando?
La respuesta es sencilla: nunca deberías detenerte al final del carril de incorporación. Este tramo existe precisamente para que cojas velocidad de forma progresiva y entres a la vía rápida sin entorpecer al resto de vehículos.
Regla básica: comienza a acelerar desde el inicio del carril y alcanza una velocidad mínima de entre 75 y 90 km/h antes de incorporarte. Si por una causa excepcional tuvieras que parar, hazlo siempre al principio del carril, nunca al final: hacerlo allí es muy peligroso, tanto para ti como para los que circulan detrás.
Cómo hacer una incorporación segura
- Observa y señaliza. Mira el retrovisor izquierdo y asegúrate de que no obstaculizas a ningún vehículo. Señaliza con el intermitente tu intención de incorporarte.
- Gana velocidad. Reduce marchas si lo necesitas y acelera hasta integrarte con fluidez en el tráfico. Recuerda: el límite máximo en autovía es de 120 km/h.
- Confía en la cortesía vial. Los vehículos que circulan por el carril derecho deberían facilitar tu entrada cambiándose de carril o aflojando ligeramente la velocidad.
En resumen, el carril de aceleración es tu aliado para entrar con seguridad y confianza a una autovía. Si lo usas correctamente, evitarás maniobras bruscas y sustos innecesarios.