Conducir en verano puede convertirse en un auténtico reto para tu coche, sobre todo cuando las temperaturas suben de forma extrema. El calor no solo nos afecta a nosotros, también pone a prueba al motor, al sistema de refrigeración y a muchos otros componentes del vehículo. Por eso, si no quieres terminar tu viaje en el arcén con el capó abierto y humo saliendo, en este artículo te dejamos algunos consejos clave para mantener el motor a buena temperatura en los días más calurosos.
- Revisa el nivel de refrigerante
El líquido refrigerante es tu mejor aliado para que el motor no se sobrecaliente. Comprueba su nivel con frecuencia (siempre con el motor frío) y asegúrate de que está entre los valores recomendados. Si ves que baja demasiado rápido, puede haber una fuga y deberías llevar el coche al taller.
- Controla la temperatura del motor
Echa un vistazo al indicador del cuadro de mandos. Si la aguja sube más de lo normal o salta el testigo de temperatura, toca parar en un lugar seguro y dejar que el motor se enfríe antes de continuar.
- Evita los acelerones y las marchas bajas
Cuando hace mucho calor, conviene conducir de forma suave y evitar exigirle demasiado al motor, sobre todo en cuestas o atascos. Cuanto más le pisas, más trabaja el motor... y más se calienta.
- No abuses del aire acondicionado al máximo
Poner el aire al máximo nada más arrancar puede aumentar la carga de trabajo del motor. Lo ideal es ventilar el coche con las ventanillas bajadas un par de minutos antes de encender el aire acondicionado.
- Revisiones periódicas
En verano, más que nunca, conviene tener el coche a punto. Un sistema de refrigeración en mal estado puede fallar justo cuando más lo necesitas.
Ten en cuenta todos estos consejos y escucha a tu vehículo en estos meses de calor.